El Instituto Protagonistas de la Historia de Jujuy, al cumplirse un nuevo aniversario del conflicto armado más importante de la Puna en el siglo XIX, la Batalla de Quera de 1875; destaca la participación de los pueblos originarios y a sus principales protagonistas. En este conflicto armado 800 campesinos puneños fueron duramente derrotados por 1.100 efectivos del Ejército Nacional y brutalmente reprimidos por haberse rebelado contra la explotación y la opresión de los terratenientes de la región.
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El Instituto Protagonistas de la Historia de Jujuy, al cumplirse un nuevo aniversario del conflicto armado más importante de la Puna en el siglo XIX, la Batalla de Quera de 1875; destaca la participación de los pueblos originarios y a sus principales protagonistas. En este conflicto armado 800 campesinos puneños fueron duramente derrotados por 1.100 efectivos del Ejército Nacional y brutalmente reprimidos por haberse rebelado contra la explotación y la opresión de los terratenientes de la región.
La Batalla de Quera se produjo el 4 de enero de 1875 fue un conflicto en relación a la propiedad, posesión, arriendo y cuestiones similares referidos a las tierras de la Puna. Tuvieron participación tres gobernadores de Jujuy; Pedro Del Portal, Teófilo Sánchez de Bustamante y José María Álvarez Prado.
Entre los antecedentes mediatos figura que por Mercedes Reales de los años 1705 y 1708, Juan José Fernández Campero de Herrera, era titular de las encomiendas de Casabindo y Cochinoca, Marqués de las tierras del Valle de Tojo, Yavi y otras, entre ellas San Antonio de los Cobres. Cuyo comercio se orientaba a los mercados mineros de Lipez, Potosí. En 1777 el Cabildo de Jujuy solicita la Mita de los Casabindos y Cochinocas ante el Marqués del Valle de Tojo, siendo denegado. En 1811 se suprime el tributo de la Encomienda, ratificada en la Asamblea del año 1813. En 1835, la Junta General Constituyente de Jujuy, declara las tierras de las comunidades indígenas, fiscales. En 1839 por Decreto se entrega las tierras en enfiteusis por 20 años, previo pago de arriendo. En 1870 existe malestar en las comunidades ante el aumento del arriendo.
Y los antecedentes inmediatos: En 1872 pobladores de Cochinoca y Casabindo se quejan ante el gobierno provincial sobre los cobros indebidos de los encargados de Campero. Posteriormente el gobierno declara fiscales a las tierras y no reconoce a Campero. En 1873 se rebelan en Yavi los pobladores encabezados por Anastacio Inca, (Suripugio), quien es asesinado. Entre los días 12 y 13 de noviembre de 1874, Yavi es ocupada por indígenas, dirigidos por Elías Gorena (venido de Bolivia), quien entrega el mando a Laureano Saravia. El enfrentamiento armado dura casi 12 horas. Entre los originarios de la Puna, encabezado por Laureano Saravia (800) y las tropas nacionales dirigidos por Álvarez Prado (1.100). Los protagonistas originarios fueron Laureano Saravia, Federico Zurita y Guillermo Gonza. El conflicto armado resulta desfavorable a las fuerzas originarias.
Las consecuencias fueron que son asesinados Zurita y Gonza. Saravia se dirige a Laguna de Pozuelos, luego Santa Catalina y se exilia en Bolivia. Hubo 94 muertos y 231 prisioneros de los originarios, 31 muertos y 42 heridos en la fuerza del gobierno. Se produce la Chancada de Mina Azules el 16 de enero de 1875, en donde los originarios fueron reprimidos, fusilados. En 1877 la Justicia Federal dictamina que las tierras de la Puna son fiscales, sujetos a compraventas o subastas.
Los principales protagonistas: Laureano Saravia (nació en Santa Catalina el 4 de julio de 1841) participó como Comandante de la Batalla de Abra de la Cruz del 3/12/1874 y en la Batalla de Quera del 04/1/1875, en esta se salva recorriendo Abra Colorada, Pozuelos, Pasajes, Talina (Bolivia), exiliado dos años, vuelve ante la amnistía. El 25/11/1918, fallece a los 77 años y sus restos descansan en el cementerio de Santa Catalina. Y Anastacio Inca, hijo de Suripugio, nacido en 1840, fiel defensor de la causa de los pueblos originarios en la lucha por la libertad de los arriendos. Participa de la batalla de Quera dirigiendo un batallón de soldados aborígenes, en donde fue tomado prisionero, luego fusilado en Yavi. (profesores Celeste Nieve y David Mareño).
Remembranza de una masacre y violencia política
Las batallas del Abra de la Cruz y Quera son un claro ejemplo de la violencia política sistemática que se ejerció sobre los pueblos originarios en su lucha por mantener sus tierras y derechos comunitarios. Estos eventos no solo buscaron consolidar un Estado Nación homogéneo, sino que también intentaron borrar la presencia indígena de la narrativa histórica. La brutal represión que sufrió la población de la Puna Jujeña es un testimonio del largo proceso de marginación y explotación que estas comunidades soportaron bajo el dominio de terratenientes como Fernando Campero (el Marqués de Tojo) y sus descendientes y otras familias de la región.
A medida que las décadas avanzaron, las rebeliones y motines que surgieron en respuesta a la opresión revelan la resistencia de los pueblos indígenas frente a la injusticia. La explotación de su trabajo y recursos, agravada por las condiciones económicas y las guerras, generó un profundo malestar que resonó en todo el siglo XIX. Hoy, el recuerdo de estas luchas es fundamental para comprender el legado de inequidad que aún persiste y nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer los derechos de las comunidades originarias, quienes siguen reclamando la justicia y dignidad que se les negó durante tantos siglos. (profesora Elizabeth Z Valero, miembro del Instituto Protagonistas de la Historia de Jujuy).