En medio de una escalada de precios que afecta a los productos básicos, el gas envasado no escapa a la tendencia inflacionaria. En las últimas horas, una distribuidora del barrio Cuyaya exhibió el precio de la garrafa de 10 kilos en $16.000, un valor que genera preocupación entre los consumidores. Este incremento se suma a una serie de ajustes que se aplicaron en los últimos meses, impactando directamente en el bolsillo de las familias.
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En medio de una escalada de precios que afecta a los productos básicos, el gas envasado no escapa a la tendencia inflacionaria. En las últimas horas, una distribuidora del barrio Cuyaya exhibió el precio de la garrafa de 10 kilos en $16.000, un valor que genera preocupación entre los consumidores. Este incremento se suma a una serie de ajustes que se aplicaron en los últimos meses, impactando directamente en el bolsillo de las familias.
El precio del gas envasado continúa en alza, generando preocupación entre los consumidores. En una distribuidora del barrio Cuyaya, la garrafa de 10 kilos ya se exhibe a $16.000, un valor récord que refleja el impacto de la desregulación del mercado de Gas Licuado de Petróleo (GLP), medida implementada por el Gobierno a partir de la segunda semana de agosto. Hasta entonces, el sector estaba regulado con topes de precios máximos, pero la eliminación de estos controles habilita incrementos constantes.
El gas envasado es un insumo esencial para miles de hogares que no tienen acceso al gas natural por red. Esta realidad afecta especialmente a familias de bajos recursos, zonas rurales y localidades de todo el país donde el gas natural no llega. Además, en un contexto donde los costos de la vivienda en los principales cascos urbanos han aumentado exponencialmente, muchas personas se ven obligadas a trasladarse a áreas periféricas sin infraestructura de gas, dependiendo aún más de las garrafas.
Según analistas, el aumento responde a la combinación de varios factores: la desregulación del mercado, el incremento en los costos de producción, la suba de los combustibles y la fluctuación del dólar. Además, se anticipa que en febrero podría registrarse un nuevo ajuste en el precio del gas envasado, lo que agravaría aún más la situación.
LOS SUBSIDIOS
Si bien desde el comunicado a nivel nacional en el que anunció la desregulación, también indicaron que se mantendrán los subsidios para las clases más vulnerables, porque con la desregulación se pretende establecer un sistema de precios más transparente y competitivo, en el que los valores reflejen los costos reales de producción, fraccionamiento y distribución. En la que se eliminaran las barreras regulatorias que impedían una libre asignación de recursos, y promover un acceso más equitativo al "gas licuado de petróleo" GLP en todas las regiones del país, especialmente en aquellas donde no llega la red de gas natural", justificaron.
En este sentido, indicaron que "los subsidios del Programa Hogar seguirán vigentes para los sectores vulnerables, garantizando que las familias con menores ingresos y sin acceso a la red de gas continúen recibiendo asistencia económica para la compra de garrafas", según el comunicado a nivel nacional y que por ende se hace extensivo a las plantas envasadoras y distribuidoras.