La fiesta patronal del Santísimo Salvador en los 90 años de la Diócesis de Jujuy reflejó ayer la alegría y el fervor cosechados en la reciente misión y confirmó la exhortación a ser una iglesia en salida.
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La fiesta patronal del Santísimo Salvador en los 90 años de la Diócesis de Jujuy reflejó ayer la alegría y el fervor cosechados en la reciente misión y confirmó la exhortación a ser una iglesia en salida.
La imagen del patrono jujeño salió por el atrio a las 17, portada por la guardia histórica de la Policía de la Provincia, pero en la esquina de Sarmiento y San Martín se produjo por primera vez la posta con egresados de colegios confesionales, que colaboraron a lo largo de varias cuadras de la procesión. El párroco Manuel Alfaro destacó que representaron a toda la "Promo" que empezó sus estudios en la pandemia; "estamos con ellos", dijo.
Las intenciones y reflexiones unieron al obispo Daniel Fernández, los sacerdotes capitalinos, funcionarios provinciales y municipales, instituciones civiles y religiosas, abanderados y las familias en general que acompañaron a San Salvador por las calles céntricas.
Los pañuelos, globos y carteles de la multitud se agitaron a las 18.10 dando la recepción a la imagen para presidir la santa misa.
Monseñor Fernández en su homilía señaló que la transfiguración "es una palabra de ánimo, de aliento, se anticipa la victoria ante la cruz" y agregó que "al mirar al Santísimo Salvador lo miramos señalar la cruz y el amor a cada uno de nosotros fue el sentido a tanto padecer". Además resaltó que "ante tantas necesidades el creyente levanta la vista a Cristo" y que "nada ni nadie podrá apartarnos de Cristo".
El obispo expresó que pensar en una ciudad es pensar en un ámbito de convivencia fraterna y en un hogar donde se abrigan sueños de prosperidad y de paz.
Y en su mensaje también exhortó a dar gracias por los 90 años de la Diócesis de Jujuy, en una acción de gracias al Salvador del mundo. Trajo a colación el desarrollo de la vocación misionera durante la reciente invitación del 21 al 28 de julio pasado y resaltó que la misión diocesana fue un signo "no para agotar las fuerzas en esa semana sino que se instale como misión permanente en la periferias". En ese sentido abogó para seguir próximos a los rostros de hermanos que necesitan cobijo, contención y amor.
Con la meta de ser una Iglesia misionera, de puertas abiertas y cercana a los pobres, para llegar a la anhelada civilización del amor el pastor pidió al Santísimo Salvador y a la madre de Jujuy "nos acompañen y bendigan en el camino de la misión permanente".
Al momento del ofertorio se entregaron los signos vividos durante la novena de preparación, entre ellos la biblia y la luz portados por niños y sus padres.
Y como cierre se bendijo una placa conmemorativa del 90º aniversario de la Diócesis y los 12 años de la toma de posesión de monseñor Fernández que se instalará en la Catedral.
Tras el retorno de la imagen al templo se disfrutó de la serenata.
