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Aun con la sorpresa de un presente inesperado, descubrió una ciudad que convirtió en su actual lugar para vivir. Es que a Guillermo Rafael Salvatierra, la existencia le demostró que los desafíos son posibles a cualquier edad, cumpliendo con la premisa de asumirlos y vivirlos intensamente para crecer.
Hoy pasa sus días aprendiendo de la cultura maorí en Rotorua y enriqueciendo su formación profesional como genetista con doctorado y maestría en mejoramiento genético de plantas, desempeñándose como team leader - jefe - del equipo de Ciencias de la Propagación de Scion - New Zealand Forest Research Institute Limited - Crown Research Institute de Nueva Zelanda.
Gracias a una trayectoria destacada como referente, Salvatierra lidera líneas de investigación de propagación seminal y vegetativa a través de cultivos de tejidos vegetales forestales, nativos y exóticos. Además de asistir al desarrollo de innovación tecnológica del instituto Scion.
Su paso por diferentes firmas de prestigio avalan la labor que describe con satisfacción, ya que su estudio y perfeccionamiento le abrieron las puertas para evolucionar en su tarea y comprender que lanzarse hacia lo nuevo, determina su presente con un futuro prometedor.
"Llegar a Rotorua es algo que me sorprende, porque no lo había imaginado; pero me decidí porque quise aceptar este nuevo desafío en este momento de mi vida", dijo Guillermo Rafael Salvatierra que desde la isla norte neozelandesa, cree que los sueños son posibles.
Maravillado ante esta ciudad que tiene un encanto especial, cada día confirma que aquello que le habían comentado, es verdaderamente real.
"Nueva Zelanda es un lugar hermoso, el ambiente para trabajar es excelente. Todavía recuerdo cuando me llamaron para venir, fue dos días después que salió campeona la Selección Argentina de Fútbol", rememoró. Con la felicidad de un momento único para el país -que él vivió el doble- no dudó en decir que "sí" al progreso personal con vistas a un camino distinto.
La oportunidad se determinó y vislumbrando el porvenir de sus hijos, decidió partir al país de Oceanía con la intención de aprovechar la chance al máximo. "Estoy analizando cómo es la situación aquí para que mis hijos Diego y Mariela puedan acceder a completar sus estudios. Las condiciones para trabajar son excelentes, aquí valoran mucho la experiencia de la persona", reveló.
Portando el orgullo de ser argentino, lleva la cultura del país que lo vio nacer, a todos lados. Por lo que en el instituto donde trabaja, saben que es él, argentino con sólo verlo inseparable del termo y de un mate muy especial. Es que en el borde circular, tiene labradas delicadamente las copas obtenidas por "La Scaloneta" -incluida la más reciente- acaso para mostrar como mejor insignia su origen y lo que implica su presente a 9.528 km de Argentina. "Extraño a mi familia, a las costumbres que nos forman como argentinos, a las juntadas con amigos, las brasas para el asado", afirmó Salvatierra, resaltando que en su cotidiano, no deja de admirar la fantástica infraestructura rotoruana que lo circunda.
Tal vez por ello, no olvida aquellos recuerdos que la hacen la persona que es hoy. Y juega al fútbol 5 quizás para mantener el contacto con la pasión que le genera desde lo deportivo.
Este investigador jujeño que se formó en la escuela 85 "23 de Agosto" del barrio Cuyaya y unió en su etapa estudiantil a las escuelas de Educación Técnica 1 y 2, remarcó cada experiencia que le tocó transitar. "Agradezco que se haya dado todo así, soy creyente así que considero que todos tenemos una misión que cumplir", aseguró el jujeño cuya evocación mental, atesora en sus padres y amigos de la infancia y adolescencia que mantiene en esta tierra. "Mi papá trabajaba con los pollos y mi mamá era maestra de primaria, ellos muy trabajadores y con mis amigos de la Enet 2 compartimos un grupo de contacto por whatsapp", comentó Salvatierra, que siempre vinculado al deporte, no dejó pasar la oportunidad de tomarse una foto junto a Agustín Creevy, en el partido de rugby que jugaron "Los Pumas" contra los All Blacks en Nueva Zelanda.
La emoción de tener a un referente que rompió todos los récords, fue su motivación para seguir adelante; entendiendo la hermandad argentina como fundamental para llevar con honor su idiosincrasia a todo aquél lugar maravilloso que espera, se devele pronto frente a él.
