Como ya es tradicional, el atrio del templo matriz de la parroquia San Pedro de Río Negro se transformó durante una jornada en la ciudad de Santa Anita, donde la comunidad toda pudo disfrutar de los diferentes stands, donde se exhibieron, bendijeron y se pusieron para la venta productos en miniatura.
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Como ya es tradicional, el atrio del templo matriz de la parroquia San Pedro de Río Negro se transformó durante una jornada en la ciudad de Santa Anita, donde la comunidad toda pudo disfrutar de los diferentes stands, donde se exhibieron, bendijeron y se pusieron para la venta productos en miniatura.
Según la tradición, esos pequeños artículos representan una necesidad que tienen familiares, amigos o algún conocido. Los mismos fueron adquiridos y entregados con gran devoción, pidiendo la intersección de Santa Ana para que quien lo recibe, alcance lo que anhela.
Cabe destacar que todo lo recaudado se destina para las obras que realiza la parroquia.
En este importante ritual, impregnado de religiosidad popular, se adquirieron pequeños vehículos, ollitas de la abundancia, casitas en miniatura, alianza para los que desean casarse y ropa de bebés para los padres que esperan la llegada de un hijo, diplomas y gorros para aquellos que cursan sus estudios, además de panes dulces y salados.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, el padre Daniel Alberto Baca sostuvo que la tradición que tiene el pueblo en la fe, sabe que al llegar esta fecha, se reedita la feria de Santa Anita y es un momento para salir y compartir en familia. "Es venir y comprar con el dinero bendecido de Santa Anita, aquello que queremos transformar en una oración, por lo que hemos recibido este año, como trabajo, estudio, alguna gracia especial como la salud por ejemplo, o bien un pedido que se le hace a Santa Ana ante alguna necesidad. Es una hermosa tradición. Y seguramente la Virgen María aprendió de Santa Ana la pequeñez, la humildad, la sencillez, que nos permite dejar que Dios obre en nosotros y poder así ayudar a los demás. Generalmente las personas sencillas, las humildes son las más solidarias, las más dispuestas, las que predisponen su tiempo y lo poco o mucho que tienen al servicio de lo demás", dijo el sacerdote, tras indicar que la feria de Santa Anita forma parte de la historia y la cultura de un pueblo, también de su tradición religiosa.
En otro tramo el sacerdote se refirió al especial día de los abuelos, expresando cuán necesario es saber escucharlos, saber recibir su legado, sus enseñanzas de vida, de fe, de vida en familia.
"Tantos ejemplos, tantos sacrificios y hoy, las nuevas generaciones necesitamos reflejarnos en ellos, cuando vemos que esta sociedad no tiene buenos ejemplos, no olvidemos que los tenemos en casa. Ahí están sentados, callados pero con toda una experiencia. Por eso es bueno saber escucharlos y por sobre todo, cuidar de ellos".
