En medio de una alerta sanitaria por la posible entrada del Pequeño Escarabajo de las Colmenas (PEC) a Argentina, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) destacó el significativo impacto que tendría este insecto en la producción apícola local. En una reciente exposición, detallaron las medidas preventivas y los esfuerzos de monitoreo que se están llevando a cabo en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
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En medio de una alerta sanitaria por la posible entrada del Pequeño Escarabajo de las Colmenas (PEC) a Argentina, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) destacó el significativo impacto que tendría este insecto en la producción apícola local. En una reciente exposición, detallaron las medidas preventivas y los esfuerzos de monitoreo que se están llevando a cabo en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
"Argentina está en alerta y como Facultad de Ciencias Agrarias estamos colaborando con Senasa, realizando monitoreos en apiarios de vigilancia junto con una cooperativa de productores que gentilmente están poniendo sus colmenas a disposición", señaló Benítez Arendhs, representante de la facultad. Remarcó que estos esfuerzos son cruciales para evitar que el PEC, un parásito altamente destructivo, ingrese y diezme las colmenas locales.
Se caracteriza porque se alimenta de miel, polen, huevos y larvas de abejas; y en estado larval es el más nocivo porque destruye las estructuras de los paneles.
El PEC, originario de África, avanzó a través de varios países, incluyendo Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Bolivia. Su presencia en el vecino país de Bolivia generó una alarma en Argentina debido a la proximidad y la posibilidad de que el escarabajo cruce la frontera y afecte las colmenas locales.
Este escarabajo afecta a las colmenas en diferentes estadios de su ciclo de vida, con las larvas siendo especialmente voraces, destruyendo polen, los huevos y las larvas de abejas, lo que debilita significativamente las colmenas.
En Jujuy, la situación es preocupante debido a su cercanía con Bolivia. Aunque la provincia no exporta miel actualmente, la introducción del PEC podría tener consecuencias devastadoras para las colmenas locales, las cuales son relativamente pocas y podrían desaparecer, ya que además existen condiciones favorables para su desarrollo.
"El escarabajo tiene un doble estadio, y el estadio juvenil está dentro de la colmena y las larvas son muy voraces, no solo comen el polen sino también hasta se comen las larvas de abejas; y tenemos condiciones como para que se desarrolle", explicó Arendhs, enfatizando que las condiciones ambientales en Valles templados y Yungas son propicias para el desarrollo del PEC, aunque las bajas temperaturas de la Quebrada podrían limitar su propagación.
Explicó que el frío limitaría un poco las condiciones, pero este escarabajo no solamente puede desarrollarse dentro de las colonias de las abejas sino también puede ingresar a la Argentina en las frutas e inclusive en la carne porque tiene una gran diversidad de sustrato de alimentos por lo que consideró que hay que estar atentos.
Sostuvo que por ello hay apiarios de vigilancia y apiarios centinela en lugares estratégicos, como centros de acopio y distribución de frutas y hortalizas, debido a la capacidad del PEC de desarrollarse en diversos sustratos.
Benítez Arendhs explicó que los productores en Bolivia ya están capacitándose con países vecinos como Paraguay y Colombia, que ya enfrentaron esta plaga. Además, se están diseñando nuevas trampas para capturar los estados adultos del escarabajo y reducir su impacto.
Abejas Nativas
En paralelo, la Facultad de Ciencias Agrarias también está enfocando sus esfuerzos en la conservación de las abejas nativas. En jornadas de trabajo y actividades de extensión, se está investigado y promoviendo el manejo de abejas locales sin aguijón, que juegan un rol fundamental en la polinización de la flora nativa.
Especies como la yateí (Tetragonisca sp), pusquillo (Plebeia sp) y la famosa moro moro (Melipona sp), son esenciales para la biodiversidad y ofrecen alternativas sostenibles para los productores apícolas.