Vialidad Nacional habilitó el tránsito vehicular sobre el arroyo Coiruro al finalizar las obras del nuevo puente construido a unos dos kilómetros al norte de Volcán por donde cruza el lecho de agua por la ruta nacional 9 para desembocar en el río Grande.
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Vialidad Nacional habilitó el tránsito vehicular sobre el arroyo Coiruro al finalizar las obras del nuevo puente construido a unos dos kilómetros al norte de Volcán por donde cruza el lecho de agua por la ruta nacional 9 para desembocar en el río Grande.
Luego de obtener resultados satisfactorios en las pruebas de carga, el organismo permitió la circulación para todo tipo de vehículos; a la vez se ejecutan trabajos finales para mejorar la capacidad de descarga y el escurrimiento río abajo.
La construcción del nuevo puente es consecuencia del alud producido en enero del 2017, el cual arrastró gran cantidad de sedimentos desde la Quebrada de los filtros sobrepasando la cinta asfáltica, superando la capacidad de deslizamiento del cauce natural del arroyo y produciendo graves desastres en el pueblo.
El desplazamiento del aluvión superó el diseño de la alcantarilla emplazada en dicho sector y a su vez, superó también la estructura de control de salida provocando una erosión en retroceso que terminó por descalzar la alcantarilla hasta su caída y destruir la calzada de la ruta nacional.
Luego de realizar los estudios hidrológicos e hidráulicos del arroyo, como también los estudios de suelos necesarios, se proyectó una obra de conservación mejorativa en el cauce del arroyo junto con la construcción de un nuevo puente, en coincidencia con el eje de la alcantarilla descalzada por la crecida.
En ese sentido, se ejecutó la nueva estructura de hormigón armado con vigas pretensadas y fundación indirecta de 20 metros de luz, con una altura libre de 3 metros y un ancho total del tablero de 17,30 metros incluidas las veredas peatonales a ambos lados.
Con el puente habilitado, actualmente la obra continúa con la ejecución del armado de colchonetas, gaviones y escaleras de desagüe que mejorarán la capacidad de descarga y aportarán mayor soporte a la erosión retrógrada aguas abajo de la conexión.
Estos últimos trabajos incluidos en la obra mejorarán el escurrimiento y encauzarán el material de arrastre directamente hacia el río Grande.