Un conversatorio sobre la Conmemoración de los fieles difuntos, realizará el gestor cultural Manuel Ortega, el próximo martes desde las 19 en el Centro de Arte Joven Andino, ubicado en Alvear 543 en esta ciudad.
inicia sesión o regístrate.
Un conversatorio sobre la Conmemoración de los fieles difuntos, realizará el gestor cultural Manuel Ortega, el próximo martes desde las 19 en el Centro de Arte Joven Andino, ubicado en Alvear 543 en esta ciudad.
La proximidad de la conmemoración del día de los Fieles difuntos y Todos los santos el 1 y 2 de noviembre, impulsó al también rezador, receptor y trasmisor de saberes y costumbres tradicionales de la Quebrada, encabezar el encuentro donde relatará experiencias vividas durante la evocación de las manifestaciones religiosas.
Brindará a los asistentes, el significado del porqué preparar la mesa para esperar a las almas y de cada uno de los elementos ubicados en ella; también se referirá a las oraciones y cánticos tradicionales de la muestra de fe.
Se aproxima la conmemoración de los Fieles difuntos, en los días previos se prepara la leña, la harina, se hace la chicha, las ofrendas, se buscan flores y se juntan frutas, golosinas, bebidas y todo lo que les gustaba a los familiares difuntos.
Pero lo más importante es prepararse uno mismo para esas jornadas de fe, donde todo lo que hará deberá ser con mucha fe y cariño a Dios y a los familiares y seres queridos fallecidos.
Serán días de rezo, de ofrendar a Dios y transmitir a los más chicos el significado del porqué de la conmemoración, para que la costumbre n se pierda y se mantenga en el tiempo.
"El Día de las almas se conmemora en los pueblos de raíz andina. Es una ceremonia íntima donde participan los miembros de la familia elaborando ofrendas de pan, saladas y dulces con diversas formas: animales, ángeles, objetos y una escalera (que facilitará al alma nueva su ascenso al cielo)", especificó Ortega.
Todo ello es acompañado de comidas, bebidas también empanadillas, roscas, capias, golosinas y frutas, que se acomodan en una prolija mesa ornamentada con coronas de flores, en un ambiente cálido e iluminado por velas.
Alrededor de ella, los presentes esperan la llegada de las almas de sus familiares y amigos difuntos para disfrutar el agasajo que solían compartir en vida.
Como base sobre la mesa se colocan las ofrendas como las palomas, las parejas (varón y mujer), las guaguas, los animales y otras. En la parte superior central la ofrenda de una Cruz grande con el nombre o iniciales del difunto, y a ambos lados las escaleras.
Colgadas desde la pared pueden ubicarse las coronas de flores y las realizan en pan; luego y en forma ordenada se distribuyen las restantes ofrendas, comida, bebidas y demás alimentos; y al pie de la mesa se coloca un vaso con agua bendita y de ambos lados candelabros con velas permanentemente encendidas.
La Cruz no debe faltar nunca, a través de ella Jesucristo ofreció su vida para la salvación del mundo y es signo de sacrificio; la escalera permite a las almas bajar desde el cielo y subir nuevamente a el; y la corona por su forma redonda muestra que no tiene principio ni fin y representa a la Iglesia y los cristianos.
Las palomas serían los ángeles que ayudan a bajar y subir al cielo a las almas; el agua bendita nos recuerda el agua del bautismo; y la vela encendida a Jesucristo resucitado; aparte hay otros elementos que las familias ponen en la mesa para recibir a las almas.