26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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De pelapapas de un comedor a cocinero en grandes buques

Rolando Santos es un jujeño que cumplió con el sueño de viajar y trabajar en lo que más le gusta, la cocina.
Jueves, 11 de enero de 2024 01:00

Desde pequeño este jujeño andariego soñaba con ser un consagrado cocinero y su empuje, tesón, dedicación, mucha fuerza de voluntad y empeño posibilitaron que paso a paso pudiera cumplir con su sueño. Rolando Santos es de risa fácil, amable y llegó a la redacción de El Tribuno de Jujuy acompañando al presidente de la Asociación Japonesa de Jujuy, Pedro Sato, con quien se encuentra preparando en una conocida bodega de la zona de los Pericos una degustación de platos de la cocina nipona.

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Desde pequeño este jujeño andariego soñaba con ser un consagrado cocinero y su empuje, tesón, dedicación, mucha fuerza de voluntad y empeño posibilitaron que paso a paso pudiera cumplir con su sueño. Rolando Santos es de risa fácil, amable y llegó a la redacción de El Tribuno de Jujuy acompañando al presidente de la Asociación Japonesa de Jujuy, Pedro Sato, con quien se encuentra preparando en una conocida bodega de la zona de los Pericos una degustación de platos de la cocina nipona.

"Para mi es un orgullo poder estar realizando esta especialización -expresó- ya que me permite poder trabajar junto a los miembros de la asociación y realizar una presentación en mi provincia acompañado de los dueños de una importante bodega quienes presentarán y acompañarán la comida con sus vinos".

SANTOS JUNTO A PEDRO SATO | CON QUIEN PREPARA LA DEGUSTACIÓN DE COMIDA.

De inmediato surgen las preguntas primarias de cualquier periodista, cuándo, cómo, dónde y es cuando Santos, no muy acostumbrado a esto de las entrevista, se acomoda en la silla y comienza un magnífico relato que comenzó en su casa paterna en el barrio de Chijra cuando debía terminar de cocinar para sus hermanos a quien cuidaba para luego partir rumbo a la escuela.

"Fue ahí cuando me fui acercando a lo que con el tiempo sería mi gran pasión" expresó con una sonrisa. "Muy joven ingresé a trabajar al comedor de la Sociedad Española como ayudante de cocina, aunque mi inicio fue el ingresar a una habitación cuyos muros eran cientos de bolsas de papas que con la ayuda de dos compañeros y una señora pelamos en tres días, trabajamos mañana, tarde y noche, de 7 a 22 y era para la comida de los 1800 estudiantes que participaban de la Cena Blanca. Seguí trabajando con esa gente que era muy exigente pero de la que aprendí bastante y terminé siendo ayudante de cocina".

Rumbo al éxito

EN CUBIERTA, SURCANDO MARES

Como en todos los casos mucha agua debió "pasar bajo el puente", con muy pocos años y recién salido de la secundaria se radicó en Buenos Aires donde se inscribió en una escuela de gastronomía y para poder costear sus estudios ingresó a la cocina de un fast food perteneciente a una cadena de supermercados. "Después de seis años y con ganas de cambiar recibí un folleto de publicidad que ofrecía diferentes trabajos en la marina mercante, entre ellos el de cocinero de a bordo", manifestó.

Recordó que fue a Prefectura y se inscribió en el curso que duró un año. "Estudiaba a la mañana y a la tarde trabajaba, fue muy duro todo, con mi libreta y sin experiencia en navegación me presenté en la banquina del puerto de Mar del Plata, allí estuve un mes pidiendo una oportunidad hasta que un patrón me tomó y salí en un recorrido a Puerto Madryn, fueron dos días de viaje interminables".

Hoy Rolando Santos navega en el buque draguero "Taccola" de bandera de Luxemburgo, es el jefe de cocina y alimenta a los 24 tripulantes, dotación conformada por marineros de diferentes nacionalidades, pronto partirá nuevamente seguir surcando las aguas de los ríos Paraná y Uruguay.

 

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