El homenaje era para ella, pero ella quiso darle todo a su gente en un encuentro que se llenó de enseñanzas, de alegrías y emociones. Resulta que el último encuentro del ciclo "Maestros y discípulos", que llevó adelante este año, la Secretaría de Cultura de la provincia de Jujuy, tuvo como protagonista a la bailarina, profesora y directora, María del Carmen Calneggia.
inicia sesión o regístrate.
El homenaje era para ella, pero ella quiso darle todo a su gente en un encuentro que se llenó de enseñanzas, de alegrías y emociones. Resulta que el último encuentro del ciclo "Maestros y discípulos", que llevó adelante este año, la Secretaría de Cultura de la provincia de Jujuy, tuvo como protagonista a la bailarina, profesora y directora, María del Carmen Calneggia.
Cuando se enteró de que sería ella, quiso darle su impronta al encuentro. La charla con ella y el ida y vuelta con el público, que propicia este programa cultural, se vio adornada con una escenografía que trajo recuerdos y habló de sus recorridos, porque allí estaban sus vestidos, mantos y abanicos, traídos de España, para sus trajes de flamenco.
Pero, además, quiso empezar bailando, que es lo que sabe hacer, ama y la mantiene entera y dispuesta hasta el día de hoy.
Y así lo hizo, tras la presentación del secretario de Cultura, José Rodríguez Bárcena, que celebró la realización de este ciclo en 2024, que continuará el próximo año, con personalidades de la cultura que sean maestros para las nuevas generaciones, con la intención de extenderse hacia el interior de la provincia.
"La Monis" como la conocen sus alumnos y allegados, bailó flamenco, bachata, tango, folclore y una sevillana. Para ello fue preparada con un vestido bello y elegante, zapatos de baile, y todo lo necesario para una presentación profesional. La acompañaron los profesores Pablo Mamaní, Pablo Sallavedra, su hijo Luis Canciani (en folclore), su hija Cristina Tula y sus ex alumnas Nuria Verazay, Florencia Laffuse y Agustina Orquera (sevillana).
Después de eso, entonces, y ante una gran convocatoria, en el CAJA (Centro de Arte Joven Andino) comenzó la charla, moderada por la periodista cultural, María Eugenia Montero.
Monis contó su vida, en un tono muy ameno, que acercó al público a su historia, la de una joven profesora de danzas, viuda, con una niñita muy pequeña, que decide venirse de su Córdoba natal (donde ya daba clases y era parte de una compañía), a comenzar de nuevo en Jujuy. Eligió nuestra provincia para rearmar su vida, y emprender un sueño que no dejó de crecer hasta hoy, la Escuela de Danzas "Cristina del Valle", una de las academias tradicionales de Jujuy, que ya tiene más de 50 años.
Habló de su formación personal, la que su madre le brindaba desde niña (baile, teoría, solfeo, piano), como "adornos de la niña", cuenta Monis, porque seguramente –como todavía hoy-, se concebía el arte como un hobbie, no un trabajo. Monis demostró que bailando y enseñando danzas, hizo un mundo, y recorrió el mundo. Consiguió muchos reconocimientos y premios por su labor en favor de la cultura. Y en la actualidad, cuenta con un mar de ex alumnos de distintas generaciones y de distintas disciplinas, que triunfan bailando en distintos lugares de nuestro país y del mundo, como es el caso de Roberto Herrera, eximio bailarín de tango, reconocido mundialmente, que hoy vive en Alemania, y que le mandó un video con unas palabras, para estar presente de alguna manera. Como él, varios más se hicieron presentes en videos.
La artista también contó detalles de backstage de espectáculos, que dejaron en claro que el artista no solo se sube al escenario, sino que lo limpia, lo arma, lo arregla, clava, pega, sube escaleras, pone luces, etc. María del Carmen es una mujer muy bella y elegante, y su presencia no pasa desapercibida en ningún momento del día por su producción. Sin embargo, contó que, en muchas, muchísimas oportunidades en su vida, tuvo que arremangarse los vestidos llenos de vuelos, para solucionar cuestiones de último momento, como ser secar un escenario que se había inundado, y producir desde el minuto cero, con pocos o muchos apoyos.
Fue convocada innumerables veces, por elencos de teatro de Jujuy, cuando necesitaban una coreografía o una danza, pero ella además terminó escribiendo guiones para esas obras e incluso actuando.
Muy inquieta, muy coqueta, muy emprendedora, y protectora de todos sus alumnos. La charla continuó hablando de sus conceptos en la enseñanza, ella asegura que los chicos en Jujuy debían recibir la mayor cantidad de oportunidades posibles, por eso su escuela siempre se ocupó de traer maestros y coreógrafos reconocidos del país a dar capacitaciones en su escuela. Entiende que los artistas tienen que ser integrales, y capaces de autogestionarse y estar preparados para cualquier situación imprevista en el escenario.
Además, formó personas, y eso quedó en evidencia cuando la charla se abrió al público presente, y más que preguntas llegaron desde esa parte de la sala, agradecimientos eternos, enormes, a la "profe", y con sus anécdotas, demostraron por qué al día de hoy, valoran sus enseñanzas.
En el final, el obsequio de la secretaría de Cultura, retratos fotográficos de Walter Reynaga y las flores. Sin dudas, fue una noche de enseñanzas de vida, y se cumplió con el objetivo del encuentro entre maestros y discípulos.