Gimnasia se retiró en silencio del estadio "23 de Agosto". Raro, porque los hinchas siempre exteriorizan sus sensaciones finales en el momento que los jugadores se dirigen al vestuario. Obvio, en el triunfo, los aplausos y cánticos se sienten fuertes. En la derrota, los silbidos se adueñan de la escena. Y en los empates, generalmente la gente valora el esfuerzo realizado, porque la mayoría de las veces mereció el punto.
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Gimnasia se retiró en silencio del estadio "23 de Agosto". Raro, porque los hinchas siempre exteriorizan sus sensaciones finales en el momento que los jugadores se dirigen al vestuario. Obvio, en el triunfo, los aplausos y cánticos se sienten fuertes. En la derrota, los silbidos se adueñan de la escena. Y en los empates, generalmente la gente valora el esfuerzo realizado, porque la mayoría de las veces mereció el punto.
Sin embargo, en la fría tarde de ayer, el silencio fue total. Es que todos entendieron que la igualdad era justa. En el primer tiempo, el "lobo" hizo el gasto y generó las chances netas de gol, que de haberse concretado, la historia sería otra. Mientras que en el complemento Mitre de Santiago, el rival en cuestión, revirtió el trámite, presionó sobre la salida y casi se llevó los tres puntos.
Entonces, a la hora del balance, el cero a cero fue justo, aunque también pudo haber finalizado 1 a 1 o 2 a 2, e inclusive 3 a 3.
De entrada, Penepil evitó el gol de Camacho, quien ingresaba por detrás de todos tras un centro perfecto de Molina. El conjunto "mistolero" se defendió en el medio e intentó ahogar en el primer pase del dueño de casa, forzando así un error de Cosaro que no pudo aprovechar Machado solo en el área. Sin embargo, las oportunidades propicias para gritar estuvieron en los pies de Quintana. Primero cuando el ingresado Palazzo lo habilitó entre los centrales y pateó alto. Luego fue Camacho quien avisó, pero el arquero Jachfe evitó que el balón ingresara a la red y la más clara se produjo tras un zapatazo de Soria desde fuera del área. El "Uno", en un tremendo esfuerzo, llegó con lo justo abajo: el balón salió para adelante, pero el centrodelantero de los "albicelestes" definió mal de arremetida. Se pensó que era off side, pero ni el referí ni su asistente cobraron nada.
En el segundo tiempo, Ríos asustó con un tiro desde fuera del área. Después fue Rosales eludió a tres defensores y en el "mano a mano" no pudo con el golero local, Milton Álvarez. Un rato más tarde nuevamente Ríos probó y Álvarez respondió con autoridad bajo los tres palos. Sobre la línea Palazzo salvó su valla ante Wiechniak. Así transcurrieron 45 minutos para el olvido, donde no hubo ideas ni sorpresas y además pasando factura el esfuerzo físico de la semana anterior.