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6 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. Abandono de trabajo

Domingo, 08 de enero de 2017 01:30

Laberintos humanos. Abandono de trabajo

La almacenera, mientras cortaba el fiambre, nos contaba de su tío, el concejal, que abandonó a su tía cuando supo que había perdido las alianzas. Pero nadie se notó que faltaba a las sesiones, nos siguió contando, total que en todos los años en que ocupó la banca jamás presentó ni un proyecto.

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Laberintos humanos. Abandono de trabajo

La almacenera, mientras cortaba el fiambre, nos contaba de su tío, el concejal, que abandonó a su tía cuando supo que había perdido las alianzas. Pero nadie se notó que faltaba a las sesiones, nos siguió contando, total que en todos los años en que ocupó la banca jamás presentó ni un proyecto.

Sin embargo, siguió contando Noelia, alguna vez alguien se dio cuenta de su larga ausencia y vinieron al almacén para preguntarle a mi tía. Quién sabe si no falleció y flor de papelón para el Concejo Deliberante no haberse dado cuenta. Pero mi tía les respondió que, si era viuda, ni ella lo sabía.

Me dejó hace dos años, dijo, que fue lo que tardaron ustedes en darse cuenta de su ausencia. Lo cierto, siguió la tía de la Noelia, es que a veces se me ocurre que va a regresar, porque cada vez que cobraba el sueldo de viajante de comercio se perdía. ¿Es que su marido trabajaba de viajante al mismo tiempo en que era concejal?, preguntó uno de sus pares.

Pero nunca faltó a una sesión por ese otro trabajo, porque era un ñoqui. Aunque como se perdía un par de semanas cada vez que cobraba el sueldo, a esas sesiones no debía asistir. Salvo que lo hiciera machado, dijo. ¿Y usted cree que deberíamos reemplazarlo por abandono de trabajo?, quiso saber el presidente del Concejo.

Yo no creo que pueda abandonar el trabajo quien nunca trabajó, dijo mi tía, nos contó la Noelia mientras cortaba el fiambre sin mucho apuro. A lo sumo me abandonó a mi, dijo mi tía, y ya ven que no me quejo. En todo caso, dijo Noelia, nunca más supimos de mi tío.

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