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6 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. No me amilané

Viernes, 16 de diciembre de 2016 01:30

Laberintos humanos. No me amilané

Doña Juana me miró dudando de que fuera capaz de sacar ese cuchillo del pecho del cadáver, y como se trataba de una mujer muy bella, no me amilané. Tendí mi mano hasta el mango, tiré con fuerza sintiendo que los músculos del difunto se resistían, moví el filo hacia uno y otro lado para abrir la herida y facilitar la tarea, volví a tirar y lo saqué.

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Laberintos humanos. No me amilané

Doña Juana me miró dudando de que fuera capaz de sacar ese cuchillo del pecho del cadáver, y como se trataba de una mujer muy bella, no me amilané. Tendí mi mano hasta el mango, tiré con fuerza sintiendo que los músculos del difunto se resistían, moví el filo hacia uno y otro lado para abrir la herida y facilitar la tarea, volví a tirar y lo saqué.

Cuando ya tenía el cuchillo del crimen en mis manos, la dueña de la casa y don Ramiro Buenomo conversaban sobre la familia del muerto. Dejó tres changuitos a cargo de una inútil, dijo doña Juana, y no es que lo diga porque le tenga alguna inquina, que para mí su marido no era más que un cliente.

¿Y quién cree que pudo haberlo matado? Sólo puedo decirles que por esa puerta no vi entrar a nadie, y ustedes pueden ver que no hay ventanas. ¿Entonces? Yo más bien tiro para el lado del accidente, dijo y los dos alzamos los ojos hacia el techo, le siguió contando Bautisto Pierro a Antonino Busca.

¿Y qué vieron en el techo?, quiso saber Busca mientras le alcanzaba un mate al subcomisario. En el techo, abrazado a la viga, vimos a un joven aterrado. ¿Qué hacía allí arriba? No lo supimos en el momento pero lo sospechamos, dijo Pierro. La misma mujer parecía sorprendida de su presencia, pero lo conocía.

¿Qué haces ahí arriba?, le preguntó con tono imperativo. No iba a soportar más que te visiten tantos hombres, le respondió el joven que bajaba hasta poner sus alpargatas sobre el suelo. Vivo de esto, le dijo doña Juana y el joven bajó los ojos. Lo sé, pero no puedo soportarlo, le dijo.

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